No es una escena corta, dura más de 12 minutos. Y cada vez que la vemos, su significación cambia, su tragedia y vitalidad se expanden, adquieren nuevos matices.
Es que estamos vivos y, si se nos otorga el privilegio de seguir viviendo, podremos presionar “play” una o dos (o tres) veces más.
Descripción contundente, inclemente, pero precisa. De nuestra colección de obras
completas publicadas por Editorial Aguilar, traducción directa del ruso al…