Ayer fue mi primer Día del Padre. Aprendí un par de cosas.
#1: el padre no es el agasajado
Lo primero que aprendí fue que la persona celebrada no era yo. Muy diferente
El tipo volteó y me miró. Erguí un poco más el cuello y miré al lado (haciendo la finta de que me interesaba un paquete de galletas) pero estaba muy al tanto de sus movimientos. Vi que metió la mano al bolsillo y pensé que buscaba su arma…
Esta mañana mientras le daba el biberón a mi hijo con la mano izquierda y con la derecha hueveaba en el celular, con YouTube en la tele y un pucho en la boca,
En cojudeces.com entendemos la línea de pensamiento. Esa línea que lleva a muchos desde la elogiable lucha por igualdad de derechos y el trato respetuoso a todos sin discriminación, hasta la ridiculez de permitir a mujeres trans competir en deportes en la categoría femenina
Hablábamos de lo idílico que era el lugar y caminábamos despacio, tratando de absorber el paisaje con la mente en un estado zen de comunión con nuestro único planeta.
Y de pronto, como un homúnculo, como una estatuilla diabólica, como en un cuento de Raymond Carver: el cartel.