En marzo estuvo de visita mi tío leyenda del surf y una tarde nos pusimos a ver el documental Paradigm Lost que es un documental acerca de Kai Lenny producido por Kai Lenny.
Como típico documental, cada tres o cuatro secuencias de surfing, sale algún “experto en algo” en plano medio corto contando alguna anécdota de Kai o de Hawaii.
Waterman y surf legend
Lo que nos llamó la atención fue que muchos de los expertos eran presentados como “waterman” o como “surf legend”. Es decir, no eran reconocidos por algún logro en particular (p.ej. “Kelly Slater, 11 veces campeón mundial”) sino por algo diferente e inasible.
Mi lado cínico pensaba “bueno, como dicen en el Perú, no le han ganado a nadie; pero son senior citizens, así que elevémoslos un poco y llamémosles watermen.”
Pero ese cinismo no me satisfacía del todo. Se entendía que las categorías de waterman y surf legend, sobre todo la de waterman, tenían en esencia un componente místico. El de alguien que ha forjado a lo largo de su vida una relación íntima con el océano. En la edición de abril del 2016 de The Surfer’s Journal, Brad Melekian usa palabras grandes como ethos y heritage cuando se refiere al significado de waterman:
“… it conjures an ethos and a set of practices, with a quick nod of the head in the direction of history and heritage… and it’s the ethos that we respect.”
An ethos and a set of practices. Entendido, una serie de valores éticos y de actividades... No, no entiendo.
Qué carajo es un waterman?
Al día siguiente de ver el documental, fuimos a una tienda en Santa Monica a recoger un stand-up paddle board (SUP) para surfing. Pequeño, de 8’3" y 138 litros, principalmente para surfear cuando el mar está chiquito, y también para que lo use mi tío cuando venga de visita (ya está cocho).
De regreso en casa, le instalamos las quillas y la pita al SUP y lo dejamos reposar contra la cerca del jardín, al lado de las demás tablas. Contemplábamos el pequeño pero variado quiver. Le pregunté qué carajo es un waterman. Me dijo que es alguien que domina por lo menos cuatro disciplinas acuáticas, de preferencia orientadas al surfing. Por ejemplo, dijo, bodysurfing, shortboard, free diving, y foil, o shortboard, longboard, windsurfing, y SUP.
“Ahhh...”, dije, “o sea que ya soy un waterman?”
“No...”, contestó, “... te falta un longboard”.
“Y el ethos?”
“Qué es eso?”
No es cuestión de comprar más tablas nomás
Tiene razón, pensé, tengo que comprar un longboard.
“O sea que es cuestión de comprar más huevadas nomás?”, pregunté.
“No es tan simple, si aspiras a que te llamen waterman y pegas un sticker en la Jeep y vistes tu ropita Quiksilver, la traducción de waterman que estás proyectando es la del cojudo que acaba de comprarse su paddle board. Surf legend y waterman son términos que se ganan con el tiempo y que no se buscan conscientemente.”
Nuevamente tenía razón. Qué curioso que Quiksilver tenga una línea de ropa llamada The Waterman Collection y que el término se venga escuchando con más frecuencia desde que se popularizó el stand up paddle boarding.
”Tú crees ser un waterman o surf legend?”, pregunté.
“Yo no me creo. Soy.”
